Veinticinco años de informes de desarrollo humano
- Mauricio Uribe López
- 29 dic 2021
- 3 Min. de lectura
La riqueza es -decía Aristóteles- un bien útil, que respecto de otros bienes se desea. El crecimiento económico es importante, pero es apenas un medio y no un fin en sí mismo. En otras palabras, es condición necesaria pero no suficiente del desarrollo humano. Importa también cómo se crece. Por ejemplo, si se hace a costa del medio ambiente y la salud de las personas, si el crecimiento es compatible o no con la generación de empleos, o si tiene lugar en un contexto político represivo o en democracia. También importa cómo se distribuyen sus frutos. Por iniciativa del economista paquistaní Mahbub ul Haq, Naciones Unidas presentó el primer Informe Mundial de Desarrollo Humano en 1990. A Haq le preocupaba que los informes sobre desarrollo de las instituciones financieras internacionales se centraran casi de manera exclusiva en el crecimiento económico y se olvidaran de las personas y sus posibilidades de disfrutar vidas largas, saludables y creativas. Basado en el enfoque de las capacidades humanas promovido por el economista indio Amartya Sen, el paradigma de desarrollo humano plantea que el objetivo es ampliar las opciones de la gente en su vida cotidiana, de modo que cada quien tenga la oportunidad real de elegir aquellas cosas que quiere ser o hacer. A la fecha, han sido publicados veinticuatro informes mundiales de desarrollo humano y más de setecientos informes nacionales. El pasado 14 de diciembre el equipo dirigido por el economista de Bangladesh Selim Jahan, presentó en Addis Abeba (Etiopía), el más reciente de los informes mundiales sobre desarrollo humano, titulado: “Trabajo al Servicio del Desarrollo Humano”. El documento plantea que el trabajo y el desarrollo humano están mutuamente vinculados. Por un lado, el trabajo decente contribuye al desarrollo humano no solo porque genera ingresos, sino también porque promueve la creatividad, la dignidad, la participación y el reconocimiento de las personas. El desarrollo humano provee entre otras cosas la salud, los conocimientos y la libertad de elección necesarias para acceder a buenos trabajos. Hay en el mundo 204 millones de personas, incluyendo 74 millones de jóvenes, sin trabajo. 830 millones de trabajadores reciben menos de dos dólares diarios y 1.500 millones tienen un empleo vulnerable. En Colombia la tasa de desempleo, la vulnerabilidad del empleo y la tasa de desempleo juvenil, están por encima del promedio de América Latina. En cada informe los países son ordenados en función del Índice de Desarrollo Humano, IDH, una medida que incluye expectativa de vida, logros educativos y nivel de ingreso. Colombia ocupa el puesto 97 entre 188 países. En América Latina está después de países como Argentina, Chile, Uruguay, Panamá, Costa Rica, México, Brasil, Perú y Ecuador. También está por debajo de Cuba y de Venezuela. No hay que perder de vista que el paradigma de desarrollo humano es mucho más amplio que el IDH y que éste brinda simplemente una idea de desarrollo un poco más amplia que el ingreso por habitante. Si se corrige el IDH de Colombia por desigualdad, el país cae al puesto 107. Esas cifras deberían servir para morigerar el entusiasmo de quienes creen que golpear en la puerta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, nos hace parecernos a los países ricos. Aún estamos muy atrás y tenemos problemas estructurales de productividad y equidad por resolver. En nuestro país se han publicado ocho informes de desarrollo humano: Cinco nacionales en los años 1998, 1999, 2000, 2003 y 2011 y tres informes regionales en Valle del Cauca, Bogotá y el Eje Cafetero. El primero de los regionales fue el del Eje Cafetero publicado en 2004: Un Pacto por la Región. Los informes no son solamente documentos de investigación. Tampoco son documentos oficiales del Pnud. Son el fruto de procesos de diálogo público que contribuyen a identificar obstáculos para el desarrollo humano y estrategias para removerlos. En estos años nuestra región ha cambiado. Es hora de hacer un nuevo informe de desarrollo humano para Caldas, Quindío y Risaralda. Un informe que ayude a construir una agenda de políticas para el empleo y el trabajo decente. Sería bueno empezarlo en 2016. ¡Feliz Año! Publicada en LA PATRIA de Manizales.
Fecha de publicación: Sábado, Enero 2, 2016
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